domingo, 25 de marzo de 2012

La vuelta a la arquitectura humana y un urbanismo de respeto


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Comunidad ecológica,
Barrio inédito en Santiago.
Es sabido que cuando se inventó la medida abstracta “el metro” , se dejó de construir con medidas humanas, se dejaron las referencias de nuestro propio cuerpo como el codo, la palma o la pulgada que de algún modo reflejaban lasarmonías con que nosotros mismos estábamos construidos.
La adopción del sistema decimal lógico y abstracto es uno de los principales factores de una arquitectura que se aleja del hombre. Otros factores podrían ser la invención del cemento y su derivado el concreto armado. Este, junto con otros materiales que surgen de la industria contribuyen también a alejar la obra de su contorno inmediato.
Por otro lado la facilidad que tiene hoy el arquitecto de crear formas ilimitadas apartan a la obra, de la directa relación del diseño con la técnica. Las formas eran bellas por su diseño, pero también porque respondían a una razón de economía constructiva. Hoy vemos un sin número de arquitecturas arbitrarias que no reflejan condiciones concretas, razón constructiva, ni relaciones con el entorno. El arquitecto de hoy diseña frente a una pantalla, no lo hace pisando un terreno ni mirando el lugar  en donde estará la obra, no están presentes los árboles, la cordillera o las casas colindantes, no toma en cuenta el recorrido del sol, diferente en invierno que en verano, las direcciones de los vientos, las lluvias, las temperaturas de la zona. Una casa contemporánea no se diferencia si está en Arica o en Magallanes. Las ciudades modernas no se diferencian  si están en Singapur o en Santiago .
Menos aún, se toma en cuenta al hombre que habitará en esos espacios virtuales.
Paradójicamente, en esta sociedad llamada materialista, las manifestaciones culturales como la arquitectura y el urbanismo, no  son lo suficientemente materiales. Los reflejos metálicos y la transparencia del vidrio y las alturas inhumanas, son cada vez más,  las características que  simbolizan  una arquitectura desencarnada.
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El hombre de hoy se separa del cosmos,  cuando su que hacer se resuelve casi exclusivamente en su cerebro, y no en la relación sensible con los materiales del cosmos, con el entorno urbano o natural y con los mismos hombres .
En este lugar en el borde cordillerano de Peñalolén Alto, en la llamada comunidad ecológica, surgió un asentamiento urbano, cuyas premisas desde su inicio fueron el escape de una vida sin sustancia de la ciudad de Santiago. Se buscó sentir la tierra, oler las hojas y el aroma de la flor del espino, se buscó cobijarse a los pies  de la cordillera de los Andes. Y acordarse que en  las noches estamos cubiertos de una bóveda estrellada.
Con estas premisas surgió en esta zona de Santiago una arquitectura espontánea y otra manera de hacer ciudad, con un propósito de dialogo que la hace única y original.
Sin pretensiones, ni expertos ,se hizo renacer el impulso ancestral de construir la casa con las condiciones y materiales dados en el entorno, la piedra,  la tierra, la madera, la cordillera, los árboles, el cielo, el viento y el sol.   Gratuidad y dialogo, cuyo resultado son obras con belleza y misterio casi sin buscarlos. Vemos en las casas de la comunidad ecológica,  la continuidad lógica y actual con las técnicas y actitudes constructivas de nuestros antepasados. El adobe o la quincha,  reactualizada y mejorada, la piedra, la teja y la madera reciclada. Construcciones muchas veces,  sin arquitectos  que sorprenden por su justa relación con el entorno y por su acierto estético no calculado. El reflejo de una verdad y razón, que paso a paso se adecua al requerimiento constructivo , al noble material no traficado. Con estos propósitos comunes,  la casa chica y la casa grande, la de mas recursos, con la de pocos recursos, se aúnan y conforman un entorno armónico.
El tejido de las  casas  con el paisaje, se ha cumplido, y a pesar de una cierta densidad en ciertos sectores de la comunidad ecológica,  nunca dominan las construcciones sobre el paisaje o las masas vegetales, mas bien dialogan y se relacionan.
EnPazCEP_ArticuloLaTercera.jpgEste barrio se ha hecho sin deudas bancarias, ya que los sitios son en comunidad, sin deudas con el calentamiento global, ya que los materias principales, la piedra, el barro y la madera reciclada,  no dejan huella en la catástrofe climática que nos amenaza. Sin deuda con el majestuoso entorno del valle de Santiago ya que la cordillera está presenta entre árboles y muros de barro. Sin deuda con los desechos que no se degradan y que polucionan nuestra tierra, ya que la tierra y la madera de una casa demolida renace en otra casa tal como lo hace  el árbol y las hierbas.
Sin deuda con nuestro cielo polucionado, al contrario, la baja densidad de este barrio y su reforestación,  permite  la fabricación de oxigeno para esta cuidad que se asfixia. Sin deuda con la erosión del suelo y el agua de las lluvias que inundan calles y barrios, aquí  el agua sigue su destino  establecido,  que es penetrar la tierra a las napas subterráneas, y hacer crecer árboles y plantas. Sin deuda con los animales y pájaros que encuentran aquí el último refugio. Sin deudas con las cuentas de gas y electricidad, pues una casa de barro guarda el calor en invierno y protege del tórrido verano.
Hoy, cuando ya la energía se hace escasa, cuando el aire se agota por el exceso de energía derrochada, el testimonio de este barrio,  es un respiro y una esperanza.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Poemas arquitectónicos, Termas geométricas


Termas Geométricas.
de German del Sol

Manantial de tablones cobrizos,
río de agua y maderas,
iluminando el  oscuro verde
de nalcas y helechos,
en la profunda quebrada araucana.

El vapor de las  aguas,
como ofrenda de incienso,
hacen  flotar los rojos puentes  
de  corrales  humanos,
entre  las hirvientes aguas de la tierra
y bajo la franja del río celeste.

Arquitecto de  geometrías liquidas,
enemigo del Angulo recto, 
hiciste un manantial  de hombres
entre pangues y maderas de cobre,
entre mosaicos de piedra y agua, 
entre   el  frío verde y el cálido aliento
de las entrañas de la madre.

Allí el hombre del barrio alto
dejó oficinas y negocios mundanos,
se despojó de sus identidades
para guardarlas en rústicos cajones cerrados.
Allí  hiciste venir a los hombres, desnudos,
en sus cuerpos blancos,
para  renacer en el Jordán andino,
entre las aguas frías y calientes,
bajo el río de cielo en lo alto,
entre los follajes del coigüe
y del  helecho.

Arquitecto de puentes,
de torrentes hirviendo,
y de  bosques en quebradas profundas,
cortaste el tablón y lo ensamblaste
como lo hizo el anónimo colono de antaño,
sin planos y sin cálculos,
siguiendo la sola directriz del agua,
de la piedra y del tronco derribado,
usaste como bisagras 
el caucho de la hojota desgastada,
y como mueble,  labraste el tronco
en la mas pura tradición del huanco araucano.

Arquitecto del agua, del tablón y la quebrada, 
¿como congeniaste el frío con lo calido?,
¿el torrente  hirviente con el helado?,
¿como hermanaste el rojo con los obscuros verdes vegetales?,
¿como hiciste un río de agua y tablas,
donde circulan los cuerpos,
en la fría quebrada araucana?. 

Juan Echenique


Poemas arquitectónicos, Hotel Remota


                                                   Remota.
Arqutectura de German del Sol

Señalasteis remotas referencias, recogisteis las  huellas dejada por el hombre.
Aquí , en donde acaba la emigración humana, en donde  aún está presente la geología intocada y  el comienzo del mundo sin el hombre.
Arquitecto, quisisteis señalar y resumir su trágico trayecto , dejasteis primero las piedras de los  ventisquero retirados,
Los troncos negros del paso del colono despiadado,  que no vio en el bosque los templos sagrados y que no vio al indígena su hermano,  solo vio el oro de sus rebaños desparramados. 
Incorporasteis en los fogones circulares,  los templos pasajeros del Tehuelche.
Escuchad estos  fogones aquí simbolizados oíd sus cuentas de piedras afiladas , son los lamentos del yámana, del sélknam , del Ona y del Tehuelche. Con quienes no supimos compartir sus inocencias intocadas.
Otro es el fuego que sube ahora por los  cañones  metálico,  símbolo de la noche negra iluminada  por los  fuegos  del Yagan. 
Ya no es la canoa frágil , si no un barco eternamente varado a las orillas del canal.
Reprodujisteis la tierra dividida por los cercos que  repartieron el infinito,  pero aquí no es división so no alabanza , notas sucesivas hacia lo alto , divisiones del espacio de un claustro que no recoge el oro blanco si no los tesoros  del  peregrino contemporáneo. Espacios silenciosos para escuchar  los vestigios  de un mundo sagrado ya olvidado.
Trapezoides andinos en las ventanas , habitaciones sagradas de las momias,  místicos dinteles que cobijan lo inmensurable.
Pusisteis la tela asfaltada recordando la lata martillada de la casa del colono,  Formas distintas de las ventanas según la diversidad de las miradas.
Respetasteis la topografía que encontrasteis, subisteis y bajasteis según las inclinaciones dadas, Los techos son también el suelo de la pampa,  que dejan el edificio abandonado.
Todo circula en los pasadizos zigzagueantes, en estos  ríos luminosos, o en los obscuros corrales que nos conducen  a la muerte pero que sin embargo desembocan en estos  ríos blancos laterales.
Pusisteis límites de corrales, de horizontes y  diagonales hechas de múltiples palos verticales como notas de una música callada. Descendemos con ellos poco a poco para fundirnos en el fiordo y la cordillera lejana.
 Podemos ir ahora por  canales y las cumbres nevadas , por ventisqueros y lagos , podemos ir ahora con el viento en los  espacios inhumano, acompañar al cóndor y al guanaco en su libertad ilimitada. Podemos ir por el mar de coirones dorados y bajar por los ríos de hielos milenarios . Todo esto podemos reunir  cada día en los patios de hierbas doradas,  entre los monumentales cercos de los menhires australes.
Recordasteis también la huella del indio americano con el caluroso color del huipil andino, con las piedras sombrías del araucano, con el anónimo cántaro cotidiano que simbolizan la ceremonia de la vida .
Los  troncos  ahuecado que guarda el alimento,  las espadas de madera que rasgan el agua , los ponchos tejidos de vientos y de vida cotidiana.
Dejasteis la huella del emigrante chilote que pobló estas tierras lejanas,  depositasteis  aquí el vientre negro de sus barcas , en el mar de piedra verde de los suelos.
Recordasteis la faena del colono,  el secado de las lanas en los techos enrejados.
 En los transparentes techos de nieve  estrellada , en donde llegan columnas y muros  blancos , resumisteis el cosmos de estas tierras , son los ventisqueros y las nieves silenciosas y  el sol que traspasa el techo de nubes apresuradas.
Los muebles y los tablones ennegrecidos  por el fuego,   son los contrastes del hombre civilizado.
Aquí en la ultima esperanza quedó el último barco con sus chimeneas encorvadas , que zarpa eternamente por fiordos y ventisqueros , por  lagos y  por mares dorados .   

Juan Echenique


 

domingo, 22 de enero de 2012

Inauguración vitrales y mosaicos Catedral Osorno


Revisa las imágenes de los mosaicos y vitrales de la Catedral de Osorno y otros trabajos en los siguientes enlaces:
http://www.juanechenique.com/Mosaicos.htm
http://www.juanechenique.com/Vitral.htm



La pintura de Matta y su tiempo


A menudo, se describe a los pintores contemporáneos  desde una perspectiva de la historia del arte, que analiza las evoluciones de una época, de una escuela o de un pintor, desde un punto de vista exterior  formal y estético.
Pocas veces se indaga el itinerario interior de los movimientos o postura estética de un pintor, que explican el universo de formas de su arte.
Matta es parte del movimiento del  arte contemporáneo, y  sin duda  tiene una importancia dentro de esta época . Específicamente Matta formó parte  del movimiento llamado surrealismo. El es hijo de este movimiento, aunque posteriormente derivó a una corriente formalmente diferente,  en que propone nuevos conceptos y un universo de formas que se desligan del movimiento surrealista mas clásico.

En toda las escuelas dentro del arte  contemporáneo, si hay algo en común, es su reacción a una visión del arte que se terminó de acuñar en el periodo del renacimiento.  Dicho sea de paso,  período en que se termina de dar las bases para lo que hoy entendemos como era moderna,  pero que se puede denominar  como  humanismo occidental , que hoy domina todo el planeta como una civilización global.
La época del renacimiento,  en lo que a arte se refiere, es el reemplazo de un  paradigma que ya venia poco a poco desapareciendo desde el siglo XIII o XIV en el occidente cristiano.
El visión  teológico cristiano en el arte, termina por ser reemplazada por la visión   humanista del renacimiento, en que la realidad posible es la que se ve desde el hombre con su mirada natural,  lo que puede medir,  pesar  y analizar  con los sentidos.
Leonardo da Vinci, en su pequeño libro "El tratado de la Pintura"  define muy bien cual es el interés del arte en ese entonces.

No es por azar que un pintor como Leonardo, se transforme  en el primer científico moderno y el primer  tecnólogo que aplica sus propios descubrimientos científicos. El reúne en una sola persona los hitos fundamentales de esta nueva época en el arte y la cultura del hombre.
Los datos que Leonardo Da Vinci  extrae como pintor de la observación de la realidad medible, los transforma en ciencia y luego en tecnología que se aplica a las necesidades mas materiales,  incluso  las necesidades bélicas de  destrucción, a través de los inventos de armas, aparatos bélicos y fortificaciones.
 Ya vemos en esta época, como, una actividad puramente espiritual y desinteresada  contemplativa y litúrgica como la pintura,  puede  derivar en  la búsqueda del dominio material del cosmos, hasta el dominio de una mayor capacidad destructiva.
Se podría decir en general de esta época, que las actividades de la inteligencia del hombre comienzan a  desligarse en la practica y en su espíritu,  de la contemplación,  de las actividades litúrgicas,  del dialogo con el cosmos y del rol co creador del hombre.

En el renacimiento nace un nuevo  y al mismo tiempo antiguo concepto del arte,  porque no olvidemos que en esa época  se desentierran y renacen las estatuas helénicas y con ellas, los dioses  griegos y  una vuelta a una visión pagana del arte. Podríamos decir que es un renacimiento del paganismo y sus dioses.  Renace el arte pagano en este período con la complejidad adicional ,  que ocurre después de un periodo cristiano en donde el hombre ya no ve la naturaleza como una divinidad a la cual se le teme. El hombre vuelva al paganismo con una  libertad mal asumida. Ya  no respeta lo creado por temor , y mira las cosas desde si mismo y en la superficie de las cosas , no penetrando en sus esencias y no viendo en ellas nada de divino.
El hombre separado del cosmos y de Dios, se erige en el centro de un universo, que lo vacía de toda sustancia interior.
En el arte, renacen las formas sujetas a las leyes de la naturaleza, se pierde el dinamismo espiritual, ya no se expresa una realidad interior o teológica, el cuadro será una mimesis de lo que vemos ,como un escenario de teatro.
Estas  leyes de la naturaleza  como la ley  de gravedad entre otras, le robará al arte su espacio de libertad. Nace la perspectiva, el color local , el claro obscuro la anatomía etc. etc.
El espíritu ya no estará libre en su expresión interior a través del arte. El arte deja de ser expresionista para ser realista o naturalista.

Dentro de este nuevo espacio,  regido por los datos que solo pueden comprobar nuestros sentidos naturales, el arte se ha transformado en  un teatro de lo que vemos. Las formas se han vaciado de su contenido, la vida interior y la mística se han transformado en psicología y sentimentalismo.

Matta nace en el siglo de la gran rebeldía contemporánea contra el arte del renacimiento.  Ya  Picasso en esta misma época declara que su tema, es destruir la academia.
Matta se afilia al movimiento del  surrealismo, movimiento que trata de liberarse del  racionalismo que pesa  en nuestra herencia.
 Los surrealistas, recurren y se apoyan sobre todo en Freud,  quien descubre que hay un mundo subconsciente,  prisionero de la razón.
Ellos se sumergen sobre todo en los sueños para indagar el subconsciente, de ahí los temas oníricos en casi todos los pintores surrealistas.
El  mundo subconsciente llevado  la conciencia del pintor, trastoca los valores racionalistas de la época y con ello la buena conciencia del burgués.  Ellos formulan su arte  onírico con los elementos de nuestra realidad visual, pero sacándola de su contexto normal. El  reloj derretido de Dalí, la nube  de piedra de Magritte,  son algunos ejemplos de la realidad descontextualizada que ponen en jaque la confianza  en la razón y la ciencia, dogma que imperan hasta hoy en nuestra a  civilización occidental.

Matta , al apartarse del  lenguaje de los surrealistas  que es la ilustración formal de lo onírico ,  crea un  mundo de formas que no son las que vemos con nuestra mirada retiniana. Sus formas circulan, se desplazan, se instalan en una dimensión que no es la de este mundo visual, sujetas a las relaciones alto y bajo, cielo y tierra luz y sombra .
Ya habían varios movimientos en el arte contemporáneo que a  partir del cubismo ,  se alejaban de la realidad inmanente, material y racional. Ya estaba ocurriendo en el arte ,  lo que se llama el arte abstracto, con  Kandinsky, Mondrian, Klee, Malevich y tantos otros a la cabeza.
La diferencia de Matta, es que el no venia del mundo de la pintura,  si no de la arquitectura. Recordemos que llega a Paris y trabaja con uno de los grades creadores de la arquitectura contemporánea Le Corbusier.
Matta es el arquitecto transformado en pintor sin dejar de ser arquitecto, pues sus formas son espaciales. Los cuadros de Matta , son arquitecturas fantásticas,  unas veces muy geométricas y otras mas orgánicas, que se mueven  en una dimensión espacial que no es nuestro espacio. Es el mundo caótico primordial, en que ya surgen formas organizadas que aún no son las de este mundo, en una luz o obscuridad  que  no son las del día y la noche. Quizás es  el mundo de una dimensión posterior a la nuestra, por eso su pintura se anticipa a lo que popularmente llamaremos ciencia ficción, cuya imaginería  se desarrolla generalmente en la nada negra del espacio sideral.

Matta asocia sus formas y su espacio a una ampliación de la conciencia, yo diría mas bien a una irrupción del subconsciente en la conciencia, como una forma de salir de la conciencia positivista racionalista y materialista que heredamos.
Pero su conciencia, traducida en sus arquitecturas fantásticas, abandona este mundo visible e incluso lo corrige lúdicamente como el mismo lo declara.  Su  materia de arte ya no es el dialogo con ninguna forma visible de esta tierra.
Su arte traspasa las formas de este mundo y pretende unirse  a una energía primordial  que subyace o antecede a las cosas creadas que vemos con nuestros ojos.
En esto,   no es el único y no es  el primero como ya lo dijimos, El forma parte  con los otros movimientos abstractos del arte contemporáneo.
De alguna manera todos los abstractos, sean geométricos , líricos, informales o gestuales,  también renuncian a lo que vemos.
Matta viniendo de la especialidad  geométrica de la arquitectura descubre la libre circulación y el gesto con el espacio tridimensional de la arquitectura, pero en el espacio plano, libre de la tela.  Podríamos decir es el primer gestual geométrico abstracto y tridimensional, en donde las profundidades del yo inconsciente encuentra un espacio donde circular.
Aunque Matta era marxista y materialista en su fuero externo e ideológico social, espiritualmente, quizás sin saberlo,  es participe de una nueva atmosfera espiritual que se dio en el mundo del arte a fines del siglo XIX  y comienzos del XX . con los  movimientos nósticos y esotéricos  ligados especialmente a la Teosofía de Madame  Blavatsky.   Estas búsquedas espirituales influenciaron directamente o indirectamente  a muchos artistas contemporáneos. Varios de ellos adhieren directamente  a la Teosofía ,como Mondrian, Kandinsky,  Klee y tantos otro que están a la vanguardia de lo que será la abstracción pura.
El artista contemporáneo busca intensamente y desesperadamente encontrar una respuestas frente a un mundo en  crisis y a un arte que ya no responde a las inquietudes mas interiores. No olvidemos que hay dos guerras mundiales en la primera mitad del S. XX.

 Para los  artistas de la abstracción,  esta realidad es una sombra de la realidad verdadera que puede estar  el mundo de las idea puras como postulada el Platonismo . Para ellos , acceder a  realidad verdadera , hay que abandonar la realidad sensible,  pues es  ilusión o maya  como postula las cosmovisiones del  hinduismo o budismo.
 Así , lo espiritual se alcanza distanciándose de las formas de este mundo recurriendo a las formas geométricas formales o informales en un  espacio diferente al nuestro.  Se busca una armonía primordial fuera de lo visible  y fuera de la realidad convulsionada.
¿Como nos desprendemos del mundo visible  racional que nos tiene prisionero , ¿como salimos  de la ley de gravedad, de la luz exterior, y de la realidad que solo mide nuestra mirada  de la retina y que solo analiza nuestro cerebro? Son algunas  las  grandes  preguntas, que se hizo  el artista contemporáneo.
Pero en esta búsqueda, en la cual Matta se insertó,  hay una situación trágica con la realidad misma de la cual queremos escapar.
Por un lado  se escapa ella , como es el caso de los pintores abstractos  y por otro lado , en los pintores figurativos, la reconocen a pero  desfigurándola, para expresar  su sin sentido, o mostrar su destino trágico en la descomposición o podredumbre.

El renacimiento en el S. XV y XVI termina de abandonar  el paradigma teológico cristiano. El arte contemporáneo aún no ha terminado de abandonar el paradigma científico humanista  del renacimiento. Pues no ha abandonado el antropocentrismo, al  hombre como centro del universo, único demiurgo capaz de crear. Sigue girando trágicamente y desesperado en torno de  su propio centro .
¿Donde está el nuevo paradigma que no se encuentra ? 
¿Se  seguirá rechazando esta realidad como enemiga del espíritu? ¿Volverá el hombre a encontrar la sustancia y el sentido de las cosas para conversar con ellas desde una dimensión interior.

Juan Echenique Celis

domingo, 24 de julio de 2011

CRISTO, UN AVATAR DE LA CONCIENCIA CÓSMICA O EL VERBO DE DIOS HECHO HOMBRE


El movimiento de la nueva era a la luz de la tradición  cristiana de la Iglesia Ortodoxa

Relación con la naturaleza

El desarrollo de la conciencia del hombre no se determina solo por la relación con Dios, si no que también por la relación con la naturaleza. En esta relación, se pueden distinguir tres períodos.
1.- La absorción primitiva del hombre en la naturaleza, la conciencia cósmica primitiva de la vida global ligada a la vida de la naturaleza.
2.- El desprendimiento en relación a la naturaleza, la oposición del hombre a la naturaleza y su lucha espiritual contra ella.
3.- La orientación hacia la naturaleza con el fin de dominarla.

A estos tres períodos corresponden concepciones diferentes de la naturaleza.

En el primer período, el hombre lucha contra las fuerzas de la naturaleza, pero en correlación con los espíritus de la naturaleza. Totemismo, chamanismo, etc.
En el politeísmo, se fracciona la imagen divina en la multiplicidad de lo natural, la vida del hombre está subordinada a los dioses de la naturaleza.
Pero ya en el mundo pagano se manifiesta la aspiración del hombre a elevarse mas arriba de la naturaleza. El hombre en el proceso de ascensión, se desprende del alma de la naturaleza, quiere adquirir la independencia, fundamenta su vida no en el mundo natural exterior si no en un mundo espiritual interior. Es el comienzo del segundo período que encuentra su expresión definitiva en el cristianismo.
La Redención operada por Cristo, nos revela otra actitud en relación a la naturaleza. Es solo a través  de El, que el hombre puede adquirir esta independencia espiritual y dominar  los poderes de los elementos naturales.
Era necesario desprenderse de la naturaleza,  vencer el paganismo, traspasar la demonolatría, el poder de los  demonios que aterrorizaban al mundo antiguo.
La magia se esfuerza en dominar las fuerzas demoníacas de la naturaleza y los cultos antiguos buscaban apaciguar a los dioses.
La Iglesia cristiana, opone el hombre al demonismo de la naturaleza, y prohíbe toda relación con sus espíritus. Era necesario a todo precio proteger al hombre del poder aplastador del infinito cósmico.

La revelación definitiva y la afirmación de la persona humana  no es posible sino en el cristianismo, en que se reconoce la importancia del valor eterno del hombre, del alma humana individual y su destino.

En el relato evangélico de la Natividad, los reyes magos representan el homenaje y el reconocimiento de toda la sabiduría antigua que busca su independencia con la naturaleza y la adquisición del conocimiento a través de ella. Los mismos astros les revelan el nacimiento de un Niño en el cual está la plenitud de la sabiduría.  En este Niño nace la verdadera nueva era en que Dios viene al mundo con la plenitud de su divinidad en el cuerpo concreto y único del Niño Dios.

La tercera etapa, es producto de otra actitud que se desprende del distanciamiento de la naturaleza y que se traduce por su mecanización. El hecho de depender de la naturaleza y de tener un actitud pagana frente a ella, no permitió conocerla científicamente y dominarla técnicamente. Aunque parezca paradojal, esto solo fue posible en el mundo cristiano. En la independencia del hombre frente al poder de la naturaleza y de la demonología.

El orden cósmico y  las criaturas,  que alaban  junto con el hombre, como expresan los salmos,   aún subsiste en la Edad Media. Pero el hombre medieval, llevaba una lucha espiritual con la naturaleza, con un ascetismo austero, desarrollando y concentrando fuerzas espirituales interiores. La persona humana se forjaba pero el cosmos subsistía para el hombre.

El tercer período comienza con el Renacimiento en Occidente. El hombre se orienta nuevamente hacia la naturaleza, con sed de conocer sus misterios. El humanismo del Renacimiento aspira hacerse señor de la naturaleza, la naturaleza pasa a ser exterior y netamente extranjera al hombre, ya no siente su alma, ella cesa de ser el cosmos y llega a ser un objeto sumiso a las ciencias  naturales y las matemáticas. Incluso el arte se transforma en una ciencia de observación  de la naturaleza en sus datos exteriores.
De este modo la concepción mecánica del mundo, debido a la libertad espiritual llevada a cabo por el cristianismo sobre la naturaleza, llega a ser una fuerza hostil al cristianismo mismo.

Un cuarto período

Un cuarto período es posible, en la actitud del hombre frente a la naturaleza. Orientándose nuevamente  hacia la vida interior y a través de la vida espiritual, se puede ver el cosmos en su origen y sabiduría divina  y en la fuerza del Espíritu Santo que lo sustenta. El cosmos volvería a ser un sacramento por el cual el hombre dialoga con Dios, ese es el testimonio de San Francisco de Asís en el  dialogo y la hermandad que nos  mostró con las criaturas.  Tal vez nos llevaría a comprender la interrelación y respeto mutuo por el cual el hombre  no destruiría su propio habiat.
La técnica y la ciencia somete  no solo a la naturaleza si no que también al hombre que llega a ser esclavo de la máquina.

Humanismo

Con la introducción en Occidente hacia fines de la Edad Media, de una teología aristotélica,  se rechaza la relación simbólica que une al mundo divino al mundo natural, desemboca primero al theismo en relación al mundo y luego al ateismo en relación a Dios.  El mundo divino desaparece cuando se le conceptualiza.
El dualismo engendra el positivismo agnóstico  y el psicologismo. El racionalismo  engendra el naturalismo y el materialismo.
Es gracias al humanismo que la ciencia se pudo desarrollar,  pero el humanismo se degenera en su contrario, llegando a la negación del hombre, a la destrucción de todo lo que es considerado humano incluyendo la propia naturaleza.
El humanismo  que no podía nacer si no, en una atmósfera cristiana,  se independiza del cristianismo, pero el cristianismo occidental queda sin embargo impregnado de este.


Reacción

Hoy nos enfrentamos a un panorama en que la  civilización humanista, racionalista, y tecnicista,  está en crisis. También  a un  cristianismo occidental que también está en crisis por el mismo humanismo introducido , en él la mística y la relación intima con Dios queda excluido a unos raros místicos poco comprendidos. La religión cristiana  en occidente se ha transformado fundamentalmente en un código moral y en posiciones mas bien  éticas y políticas. Por otro lado se ha perdido en gran parte  la relación del hombre con lo creado y ya no se considera la naturaleza  intrínsicamente imagen de Dios. En la mentalidad occidental incluyendo a los que se consideran cristianos, se cree poder explotar la naturaleza hasta el infinito, su libertad frente a ella les da un derecho mal entendido. 
En este panorama en que el hombre cree poder ser plenamente humano lejos de  Dios, en donde la no  comunicación con Dios se trueca en un vació de angustia que se pretende llenar con el consumismo y la distracción, muchos desconociendo las tradiciones espirituales cristianas, se vuelcan en la búsqueda de misterios, otras místicas y tradiciones espirituales ajenas al cristianismo, al margen de las Iglesia  y muchas veces  contrarias e ella.


La nueva era

El movimiento de “la nueva era” surge en California, hacia el año 1961. Es  normal concluye Marilyn  Ferguson,  que la conspiración de acuario se desarrolle en el seno de una población que puede sentirse frustrada por el sueño materialista vivido por su forma la mas hedonista y en una atmósfera  pluralista, sin tradiciones y que acoge a todas las filosofías posibles y a todos los cambios y experiencias .
Para muchos, el termino  “nueva era” se refiere a un momento decisivo de la historia. Según los astrólogos, vivimos en la era de piscis, que ha estado dominada por el cristianismo que será reemplazada por la nueva era de acuario,  a comienzos del tercer milenio.
La era de acuario adquiere una enorme importancia en el movimiento de la nueva era,  en gran medida  a causa del influjo de la teosofía, el espiritismo y la antroposofía.  Se hace un compendio entre las religiones del extremo oriente, con  sus antecesores esotéricos y gnósticos, entre los cuales se puede encontrar las tradiciones antiguas gnósticas y herméticas, y esotéricas de occidente, las practicas ocultas de Egipto, la cabala, el gnosticismo cristiano primitivo, el sufismo,  las tradiciones de los druidas, la alquimia medieval, el hermetismo renacentista, etc. Pero la matriz esencial del pensamiento de la nueva era, ha de buscarse en las tradiciones esotérico- teosóficas.
Gran influencia  en el  pensamiento de la nueva era, viene de  Helena Blavatsky,  médium rusa que fundó la Teosofía en 1875. Esta sociedad tenía por objeto fundir elementos de las tradiciones orientales y occidentales en forma de espiritismo evolucionista.

El cosmos se ve como un ente orgánico, el está animado por una energía  que también se identifica con el alma divina o Espíritu.
Derivado del espiritismo, se cree en la mediación de varias entidades. En el espiritismo clásico, los mensajes recibidos por los médium provienen de espíritus de los difuntos,  en el chaneling prefieren explicar su origen de otro modo,  la comunicación es con las diversas entidades que componen ese espíritu universal. El modo de comunicación depende del nivel de conciencia. El chaneling, representa la capacidad conciente por un individuo de acceder al gran Todo. Es lo que enseñan estas  entidades ellas mismas, que tienen únicamente un lenguaje monista (hay solo una realidad) y panteísta, (este todo es Dios).
En algunos movimientos actuales de la nueva era, consideran también como entidades, seres de otros planetas o que habitan dentro de nuestro planeta.

Cabe preguntarse desde la fe cristiana, ¿quienes son estas entidades? , ¿de donde provienen? .
Ya el apóstol Pablo nos advertía en
(Col.2,8)  “Mirad que nadie os esclavice mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo”.  (2 Co. 11, 3-4)  , “( 2 11,14-15)   “ El éxito de esos engaños no es extraño. Satanás se disfraza en efecto en ángel de luz. No es extraño entonces que sus ministros se disfracen en ministros de justicia”.
(EP. 6, 12) “Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en las alturas.”

Según la Nueva Era, los seres humanos son capaces de ascender a estas esferas superiores invisibles. La Nueva Era implica una creencia fundamental en la perfección de la persona humana mediante una amplia variedad de técnicas y terapias, en resumen, una ascensión mediante nuestras propias fuerzas.
El viaje es la psicoterapia y el reconocimiento de la conciencia universal, la salvación no existe. No existe el pecado, solo hay conocimiento imperfecto. La identidad de cada humano se diluye en el ser universal y en el proceso de sucesivas reencarnaciones. Los hombres están sometidos al influjo determinante de las estrellas, pero pueden abrirse a la divinidad que vive en su interior, en  una búsqueda continua de una armonía cada vez mayor entre el yo y la energía cósmica divina.

El Dios del que habla la nueva era, no es ni personal ni trascendente, tampoco es el creador que crea y sostiene el universo sino, una energía impersonal, inmanente al mundo con el cual forma una unidad cósmica.
Todo es uno, esta unidad es monista, panteísta, mas exactamente pananteista. Dios es el principio vital, el espíritu alma del mundo, la suma total de la conciencia que existe en el mundo. Todo es dios.
La energía divina, cuando se recibe concientemente por los seres humanos, se suele describir como energía “cristica¨. Por ello, también se habla de Cristo, pero  no se alude a Jesús de Nazaret, no se menciona su nacimiento, su muerte en la cruz, ni menos su Resurrección. Cristo es un titulo aplicado a alguien que ha llegado a un estado de conciencia en donde el individuo se percibe como divino. En muchas figuras históricas como Buda u otros maestros espirituales, se ha revelado esa naturaleza crística.
La energía cósmica, la vibración, la luz, dios, el amor, incluso el ser supremo, todo se refiere a la misma y única realidad, la fuente primaria presente en todo ser.
La nueva era es básicamente una forma nueva de gnosis. Tiende a escoger de las religiones históricas solo el núcleo esotérico. En cierto modo niega la historia y no acepta que la espiritualidad pueda tener sus raíces en el tiempo o en alguna institución. Jesús de Nazaret no es Dios, si no una de las muchas manifestaciones del cristo cósmico y universal.

La fe Cristiana y la nueva era

Los primeros cristianos no esperaban la llegada de ninguna edad nueva, cósmica. La plenitud de todas las cosas había comenzado en Cristo, el Verbo de Dios encarnado. La segunda persona de la trinidad se ha introducido en la historia del hombre. La eternidad ha entrado en el tiempo.
La creencia gnóstica en fuerzas cósmicas , elimina la posibilidad de una relación con el Dios personal revelado en Cristo. Para los cristianos  Cristo es el creador del cosmos. Al hacerse hombre da la posibilidad de  que en El,  el  hombre y el cosmos entero reciban la plenitud del Espíritu Santo, es  decir se comuniquen las energías divinas no creadas, con las energías creadas de los hombres y del cosmos entero.
El conjunto de energías que constituyen el cosmos y su unidad,  para la fe cristiana, no se confunden con Dios ya que estas son creadas. Aunque estas energías creadas pueden ser penetradas por Dios mismo.
La posible unión con el cosmos para la tradición cristiana, es dada primero por la unión de la criatura con el creador  que pasa primero por una relación con Dios a través de sus energías increadas dadas por el Espíritu  Santo, en esta relación de dos energías la criatura mantiene su individualidad sin desaparecer en un todo divino impersonal. 
Por el contrario, la mística para la nueva era y las religiones o filosofías gnósticas, no se refiere a un encuentro personal con Dios trascendente,  con quien puede haber una  unión que no es lo mismo que fusión, para ellos la mística, es la experiencia provocada por un replegarse sobre si mismo, un sentimiento exaltante de estar en común unión con el universo, de dejar que la propia individualidad se hunda en el gran océano del ser.
Con frecuencia es una ascensión  del nivel de conciencia al cual  no todos tienen acceso, los  beneficios quedan restringidos a una aristocracia espiritual privilegiada.
La unidad con una conciencia cósmica,  es un concepto que nace de las religiones en donde no se  distinguen lo creado de un creador  personal y trascendente. Para estas, lo creado está pre-existente eternamente en una energía cósmica que se identifica con lo divino. Es por eso que estas religiones  o filosofías  son dualistas y a la vez monistas, la existencia terrena, carnal, no es la verdadera si no la existente en una conciencia  a otro nivel. Es monista porque toda esta conciencia es una sola en la cual se deben sumergir las individualidades para llegar a ser una.

Reencarnación o resurrección

Por el contrario, el elemento esencial de la fe cristiana es que Dios desciende hacia sus criaturas.  Aunque pueden haber técnicas, la autentica mística cristiana nada tiene que ver con las técnicas, es siempre un don de Dios a condición de volverse hacia el Padre en Cristo adquiriendo el Espíritu santo, sin la  humildad y el reconocimiento de  nuestro estado de pecado, no es posible este descendimiento del Espíritu Santo que nos hace participes de la vida divina, no solo en nuestra conciencia si no en la totalidad de nuestro ser incluyendo nuestro cuerpo.
De este modo el hombre no se salva a si mismo elevando su conciencia a una conciencia universal cósmica. La salvación es un don gratuito de Dios en la totalidad de nuestro ser , y en la carne misma que va a resucitar en Cristo.

Elementos cristianos  en la nueva era

Algunos movimientos que tienen relación o que son parte espontánea de la nueva era, incorporan bastantes elementos cristianos que hacen confundir y aparecer como que no se contradice con el cristianismo.
Para algunos cristianos,  no lo suficientemente armados para discernir,  se les hace mas digerible al ver que están incorporados algunos santos, hasta la misma Virgen Maria y el mismo Jesús Cristo.  Como ya hemos dicho este Cristo no es el hijo de Dios, no es una persona de la Trinidad, Cristo es un estado de conciencia que se reencarna sucesivas veces. Los santos cristianos como San Francisco u otros mencionados, se les  asocia a las tantas identidades espirituales, junto con extraterrestres, ángeles u otros que derivan de la tradición espiritista evolucionada de la cual ya hemos hablado, estos   ayudan a los hombres  a este cambio de conciencia etc.
A estos santos cristianos, no se les considera  su propia fe en Cristo como hijo de Dios, en su Encarnación. No se considera que estos santos pertenecieron a una Iglesia a través de la cual eran miembros del cuerpo de Cristo.

La Virgen

En ciertos movimientos de la nueva era como el de Triguerinho, se menciona a la   Virgen Maria,  pero como jerarquía responsable de un aspecto fundamental del rescate y redención,  para dar un paso en la evolución y comenzar a vivir un tiempo nuevo, con una raza que experimente un nuevo orden, es decir  la nueva era. No se considera a la Virgen María como  la madre de Dios  que engendró al Verbo hecho hombre. Sobre todo, consideran a la Virgen como  parte de unas jerarquías espirituales como un aspecto de la energía femenina que representa a la Madre del mundo etc., Para ellos, la virgen Maria  es una reencarnación de Mainhdra que canaliza la energía de los espejos del cosmos para distribuirla en el planeta.

La resurrección de Cristo

“Cristo ha resucitado, en verdad ha resucitado” .
Esta es la exclamación de Pascua en las iglesias ortodoxas, es el saludo que los ortodoxos deben practicar al menos durante un mes después de Pascua.
La Pascua para los ortodoxos es la fiesta de las fiestas, es el centro de la fe, todo está impregnado de la resurrección de Cristo y esta visión y alegría pascual debe acompañar a los cristianos desde una pascua a otra, ¿por qué?


La resurrección de Cristo es la revelación de que esta creación incluyendo la realidad corporal da cada persona, está destinada a tener vida eterna,  es decir a unirse  con  Dios.  La realidad carnal y terrenal no es una situación ilusoria que nos separa del verdadero conocimiento, y del cual debemos salir o remontar como lo conciben las tradiciones gnósticas y del extremo oriente.  Dios se hace hombre,  para que el hombre pueda unirse con Dios desde su realidad actual. Esta fe no es fácil de aceptar puesto que naturalmente, con nuestro intelecto natural, no se puede concebir que lo divino pueda habitar en nuestra realidad corporal. Es por eso que las tradiciones espirituales de las religiones no reveladas,  el acceso a la divinidad es mediante el intelecto o la consciencia, para  alcanzar una conciencia cósmica superior. Para ellos  la carne es una realidad pasajera y puede cambiar en sucesivas reencarnaciones hasta que la conciencia llegue a un estado superior.

Y la palabra si hizo carne

Para los cristianos, Cristo viene al mundo como Hijo del hombre y en su naturaleza de hombre está la plenitud de lo divino,  junto a  su naturaleza humana se encuentra su naturaleza divina  que de una manera inefable forman una sola persona en Jesús.   Es el misterio de la segunda persona de la trinidad, el Verbo hecho carne. 
Esto significa dos cosas,  nosotros y el cosmos entero es creado por Dios a través del Verbo, lo creado si bien es creado, posee la sabiduría de Dios y está llamado a participar de la vida divina increada.
San Juan, al comienzo de su evangelio (1, 14-15) dice lo siguiente,
” Y la palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros y hemos visto su gloria  que recibe del Padre como Hijo único”  
El Verbo al hacerse hombre  como nosotros en Cristo, reestablece en El, la posibilidad para todos de la unión con Dios que poseían nuestros primeros padres y el cosmos entero antes de la caída. Por eso, porque  en Cristo habita la plenitud del ser, la plenitud del Espíritu Santo, es en El, que cada hombre puede recibir a Dios mismo a través de sus energías no creadas.


Reencarnación o resurrección

Para la doctrina de la reencarnación, la carne es pasajera, es un envoltorio que se cambia, el espíritu de las personas se reencarna sucesivas veces según la doctrina del Karma hasta la purificación total y unirse y desaparecer en el Nirvana.  Para ellas, el cuerpo y la persona no están llamados a resucitar y permanecer en su individualidad personal junto a Dios.
Para el cristianismo cada persona es única e irrepetible, con toda la realidad de su ser en su estado actual.  Si bien no participamos aún de la plenitud del ser debido a las consecuencias de la caída, estamos llamados a ser templos del Espíritu Santo,  aquí y ahora.  Aunque  la plenitud de esta relación que se reestablece en Cristo con el Padre por medio del Espíritu  Santo, solo ocurrirá con la resurrección general, esta realidad espiritual comienza ya en nuestra realidad actual y corporal.
Por  eso la Iglesia ortodoxa, cree en algo que es fundamento en el cristianismo , la  resurrección  que vendrá en la segunda venida de Jesús Cristo, que es el acontecimiento final, el fin de la historia, en donde el destino de lo creado y de todos los hombres será cumplido definitivamente, lo cual corresponde  a  la unión con Dios,  perdida por el pecado de nuestros primeros padres.

La historia tiene un comienzo y un fin, es por eso que el sentido de la historia solo se da en el mundo cristiano. Tanto en el mundo pagano como en las religiones del extremo oriente, no hay historia no hay un comienzo ni un fin porque lo histórico, nuestra realidad actual no tiene sentido,  esta debe sobrepasarse a una realidad de conciencia cósmica preexistente, o la realidad sigue siendo un eterno devenir trágico y sin sentido, tal como lo expresa  la tragedia griega.

El fin de los tiempos
 
La plenitud del conocimiento viene al mundo en un niño como lo reconocen los reyes magos, en los relatos evangélicos de la Natividad. Desde ese momento ocurre el único y verdadero cambio en la humanidad, la nueva era viene con la llegada de Jesús y transcurre hasta el fin de la historia con la segunda venida de Cristo. 
Estamos en el período llamado fin de los tiempos en el cual se libra una batalla entre la luz y las tinieblas, este período transcurre desde la venida de Cristo al mundo, hasta su segunda venida y la resurrección general.
En este período los hombres ya no dependen de la sujeción y relación con el cosmos, no dependen de los chamanes o magos que hacen de intermediarios con las fuerzas cósmicas y los espíritus, tampoco de los sacerdotes levitas del pueblo de Israel como intermediarios entre Jehová y su pueblo.
Ni los espíritus intermediarios entre Dios y los hombres, ni los demonios a los que hay que aplacar son importantes. Cristo viene a exorcizar al mundo de las influencias demoníacas, que de alguna manera tienen prisionero a los hombres. Cristo viene a derrotar la muerte que encadena al hombre a una fatalidad, la muerte es mirada de frente y ya no se le esquiva con las reencarnaciones u otras doctrinas, también es mirada de frente la realidad de la carne porque ésta va a resucitar. 
La sabiduría ya no solo es asequible a una aristocracia  espiritual que logra desligarse de la sujeción a la naturaleza a través de su intelecto o de técnicas espirituales. Dios viene al  hombre  y puede llegar a cualquier hombre en el estado o condición en que se encuentre.
El buen ladrón crucificado a la derecha de Cristo, a pesar de sus crímenes,  por su sola fe en el Mesías, Cristo le promete el paraíso. El mas terrible de los ladrones o el mas tosco de los hombres puede alcanzar inmediatamente la salvación y la sabiduría, esté o no esté en una condición superior de conciencia. Ya no dependemos de las influencias de los astros, ni de las influencias positivas o negativas de los espíritus, no depende de tal o cual magia para protegerse o pactar con las fuerzas cósmicas, tampoco de un estado de conciencia superior alcanzado a través de sucesivas reencarnaciones o de un prolongado entrenamiento ascético.
En el cristianismo, tampoco se niega el camino ascético, el camino del monje cristiano es vivir en la tierra de una manera profética, en lo que se llama el estado angélico, como si ya viviera ahora lo que será en el reino. Dios accede tanto al uno como al otro según la vocación o el llamado.



Creación y Creador

Lo creado ya no se confunde con el Creador, lo divino está mas allá de las cosas creadas y de todas sus energías que las constituyen.
Dios se hace hombre una sola vez para siempre y Jesús no es otro avatar mas de la conciencia cósmica que se re encarna en El.  Dios viene al hombre en Cristo, para que el hombre pueda volver a Dios. Desde ya, cada hombre o mujer puede adquirir el Espíritu Santo y participar de la vida divina.  
Cristo es una persona histórica de carne y hueso,  tuvo un rostro determinado, esta realidad histórica y única que se llama Encarnación,  es manifestada y afirmada con el arte sacro del icono. Cristo plenamente hombre y plenamente Dios, nos muestra a la vez nuestra plenitud de hombre o mujer, nuestro verdadero rostro. Nuestra verdadera humanidad es en la medida que en Cristo, adquiramos el Espíritu Santo y nos reencontremos con el Padre, en la plenitud única de nuestro ser que comprende cuerpo y alma.

La transfiguración

En el acontecimiento de la  trasfiguración relatado en los evangelios, se nos muestra la plenitud del Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo y la posibilidad de los apóstoles de ver con sus ojos carnales este  cuerpo resplandeciente de esta luz divina. Esta luz  es la luz increada, con la cual Dios se da a los hombres, los apóstoles la pueden ver  porque ellos mismos están bañados de esa luz .
En este acontecimiento ,  Jesús muestra a 3 de sus discípulos ,  el fin del camino  antes de emprender el difícil camino de la pasión y muerte , muestra la meta ante de recorrer el camino. Pero esta meta  mostrada en  la transfiguración de nuestro Señor , es la meta ofrecida a  toda la humanidad al final de los tiempos. El cuerpo transfigurado de Cristo que se hace visible a sus discípulos en ese momento,  es el destino ofrecido a los hombres y el cosmos entero con  la adquisición del Espíritu Santo ahora y la transfiguración de nuestro cuerpo mortal en un cuerpo resucitado al fin de los tiempos.

Rostro de Dios y rostro de los hombres

La imagen de Cristo como la de todos los santos es muy  importante en el arte cristiano ortodoxo, no cualquiera imagen, si no la imagen del  cuerpo y rostro histórico de cada uno pero  en otro estado, en el estado resucitado o transfigurado. Así como el rostro y el cuerpo de Cristo es único, también lo es el de cada persona, pues  va a ser resucitado el ultimo día,  en el fin  de los tiempos, con la segunda venida  de Nuestro Señor Jesús Cristo.

Comunión con el cosmos.

La unidad cósmica para el cristiano, se da en la unidad con Dios a través del Espíritu Santo, en esta unidad espiritual el hombre percibe y entra en una unidad espiritual con todo lo creado. 
Se comprende mejor las imágenes bíblicas, ”los cielos narran la gloria de Dios, las montañas aplauden” ( Ps.19,2,  98,2).
Esta intimidad profunda, esta común unión de esencias entre el cosmos y el hombre explica el plan sacramental en que la materia cósmica se hace conducto, vehículo de la gracia, de las energías divinas.
 


Sabiduría divina

El hombre espiritual cristiano no es que se remonte a una conciencia cósmica si no que en su adquisición del Espíritu Santo, contempla lo que normalmente no se ve por el estado oscurecido debido a la caída. En su espiritualización  penetra en la esencia de las cosas, contempla la sabiduría divina creada que condiciona y estructura toda unidad concreta del mundo, lo que une lo múltiple, el rostro velado de la sabiduría creada.
El hombre reconocerá la belleza del mundo en la medida de su común unión con el Espíritu santo.

Los santos cristianos.

El santo posee una intuición inmediata de la unidad y la sabiduría divina que subyace en todo lo creado, y concibe el mundo incluso en el estado actual como lleno del Espíritu Santo, “el cielo y la tierra están llenos de tu gloria”
El orden natural es así conforme a la gracia deificante. San Juan Damasceno define la ascesis como “el retorno de lo que es contrario a la naturaleza hacia lo que le es propio“
La lucha del asceta cristiano, no es nunca contra la carne, si no contra la deformación de esta y su tendencia.
Por Cristo, la integridad de nuestra naturaleza es restaurada. El representa (arquetipo) lo que somos nosotros e inversamente, en Cristo nos hacemos semejantes a el.
La santidad y los milagros señalan para el hombre el retorno a su poder inicial y la fuerza de la Resurrección operando desde ahora.

San Francisco de Asís no se funde con un Dios que subyace en la energía  que constituye lo creado, si  no que a través de  su unión con Dios, se une en una relación de hermandad con todas las cosas creadas. Es muy diferente a un panteísmo espiritual. Por eso la espiritualidad de san Francisco es activa y es histórica, desciende a las criaturas con una inmensa compasión,  por eso acoge a los pobres y leprosos como  hermanos. Su misericordia en la tierra es a la semejanza de Cristo.

El santo cristiano no es santo porque su conciencia se ha elevado a un estado de conciencia superior o porque se a purificado en sucesivas reencarnaciones, no es santo por sus propios medios, lo es por un don gratuito del Padre,  no lo es por las proezas de técnicas de meditación si no porque se ha reconocido pecador y se ha vuelto hacia el Señor.
En la medida que ha renunciado a si mismo y ha muerto al viejo hombre,  se le ha dado gratuitamente el Espíritu Santo.  El santo cristiano no es un avatar de sucesivas reencarnaciones, es la premisa de la resurrección ofrecida a todos los hombres en Cristo.


Bibliografía


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- Berdiaev, N. (1976). Le sens de la Création. Paris: DDB
- Biblia de Jerusalén.
- Evdokimov, P. (1969). La Ortodoxía. Madrid: Ed. Paulinas.
- Pontificio consejo para el diálogo interreligioso (2003). Jesucristo, portador del agua de la vida.   
  Disponible en:
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20030203_new-age_sp.html
- Vernette, P. (1990). Le Nouvel Age. Paris: Ed. Tequi.