domingo, 25 de marzo de 2012

La vuelta a la arquitectura humana y un urbanismo de respeto


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Comunidad ecológica,
Barrio inédito en Santiago.
Es sabido que cuando se inventó la medida abstracta “el metro” , se dejó de construir con medidas humanas, se dejaron las referencias de nuestro propio cuerpo como el codo, la palma o la pulgada que de algún modo reflejaban lasarmonías con que nosotros mismos estábamos construidos.
La adopción del sistema decimal lógico y abstracto es uno de los principales factores de una arquitectura que se aleja del hombre. Otros factores podrían ser la invención del cemento y su derivado el concreto armado. Este, junto con otros materiales que surgen de la industria contribuyen también a alejar la obra de su contorno inmediato.
Por otro lado la facilidad que tiene hoy el arquitecto de crear formas ilimitadas apartan a la obra, de la directa relación del diseño con la técnica. Las formas eran bellas por su diseño, pero también porque respondían a una razón de economía constructiva. Hoy vemos un sin número de arquitecturas arbitrarias que no reflejan condiciones concretas, razón constructiva, ni relaciones con el entorno. El arquitecto de hoy diseña frente a una pantalla, no lo hace pisando un terreno ni mirando el lugar  en donde estará la obra, no están presentes los árboles, la cordillera o las casas colindantes, no toma en cuenta el recorrido del sol, diferente en invierno que en verano, las direcciones de los vientos, las lluvias, las temperaturas de la zona. Una casa contemporánea no se diferencia si está en Arica o en Magallanes. Las ciudades modernas no se diferencian  si están en Singapur o en Santiago .
Menos aún, se toma en cuenta al hombre que habitará en esos espacios virtuales.
Paradójicamente, en esta sociedad llamada materialista, las manifestaciones culturales como la arquitectura y el urbanismo, no  son lo suficientemente materiales. Los reflejos metálicos y la transparencia del vidrio y las alturas inhumanas, son cada vez más,  las características que  simbolizan  una arquitectura desencarnada.
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El hombre de hoy se separa del cosmos,  cuando su que hacer se resuelve casi exclusivamente en su cerebro, y no en la relación sensible con los materiales del cosmos, con el entorno urbano o natural y con los mismos hombres .
En este lugar en el borde cordillerano de Peñalolén Alto, en la llamada comunidad ecológica, surgió un asentamiento urbano, cuyas premisas desde su inicio fueron el escape de una vida sin sustancia de la ciudad de Santiago. Se buscó sentir la tierra, oler las hojas y el aroma de la flor del espino, se buscó cobijarse a los pies  de la cordillera de los Andes. Y acordarse que en  las noches estamos cubiertos de una bóveda estrellada.
Con estas premisas surgió en esta zona de Santiago una arquitectura espontánea y otra manera de hacer ciudad, con un propósito de dialogo que la hace única y original.
Sin pretensiones, ni expertos ,se hizo renacer el impulso ancestral de construir la casa con las condiciones y materiales dados en el entorno, la piedra,  la tierra, la madera, la cordillera, los árboles, el cielo, el viento y el sol.   Gratuidad y dialogo, cuyo resultado son obras con belleza y misterio casi sin buscarlos. Vemos en las casas de la comunidad ecológica,  la continuidad lógica y actual con las técnicas y actitudes constructivas de nuestros antepasados. El adobe o la quincha,  reactualizada y mejorada, la piedra, la teja y la madera reciclada. Construcciones muchas veces,  sin arquitectos  que sorprenden por su justa relación con el entorno y por su acierto estético no calculado. El reflejo de una verdad y razón, que paso a paso se adecua al requerimiento constructivo , al noble material no traficado. Con estos propósitos comunes,  la casa chica y la casa grande, la de mas recursos, con la de pocos recursos, se aúnan y conforman un entorno armónico.
El tejido de las  casas  con el paisaje, se ha cumplido, y a pesar de una cierta densidad en ciertos sectores de la comunidad ecológica,  nunca dominan las construcciones sobre el paisaje o las masas vegetales, mas bien dialogan y se relacionan.
EnPazCEP_ArticuloLaTercera.jpgEste barrio se ha hecho sin deudas bancarias, ya que los sitios son en comunidad, sin deudas con el calentamiento global, ya que los materias principales, la piedra, el barro y la madera reciclada,  no dejan huella en la catástrofe climática que nos amenaza. Sin deuda con el majestuoso entorno del valle de Santiago ya que la cordillera está presenta entre árboles y muros de barro. Sin deuda con los desechos que no se degradan y que polucionan nuestra tierra, ya que la tierra y la madera de una casa demolida renace en otra casa tal como lo hace  el árbol y las hierbas.
Sin deuda con nuestro cielo polucionado, al contrario, la baja densidad de este barrio y su reforestación,  permite  la fabricación de oxigeno para esta cuidad que se asfixia. Sin deuda con la erosión del suelo y el agua de las lluvias que inundan calles y barrios, aquí  el agua sigue su destino  establecido,  que es penetrar la tierra a las napas subterráneas, y hacer crecer árboles y plantas. Sin deuda con los animales y pájaros que encuentran aquí el último refugio. Sin deudas con las cuentas de gas y electricidad, pues una casa de barro guarda el calor en invierno y protege del tórrido verano.
Hoy, cuando ya la energía se hace escasa, cuando el aire se agota por el exceso de energía derrochada, el testimonio de este barrio,  es un respiro y una esperanza.

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